lunes, junio 30, 2008

"Este niño no me come nada"

Alguna vez hemos conseguido desterrar de la mente del lector de este pequeño apartado de la lengua castellana ciertos mitos, acerca de supuestas incorrecciones que revelamos como todo menos tales. Ya dijimos que "subir arriba" o "bajar abajo" pueden tener su justificación en un contexto determinado, o que hablar con la primera persona del plural puede ser un síntoma de modestia o empatía del hablante y su uso no siempre corresponde a la modalidad mayéstática. Veamos ahora cómo no debemos reirnos si escuchamos aquello de "es que el niño no me come bien".

Son varias las veces que he escuchado la respuesta... "¿No te come bien? ¿qué es lo que no te come bien, el brazo, la pierna...?" (acompañada de retintín, generalmente). Lo usado en esa frase es una modalidad con cientos de años en el castellano y miles de ellos en las lenguas del mundo: el dativo afectivo. Denota empatía o interés (de ahí su otro nombre, "dativo de interés") del hablante por la acción que se desarrolla... casi siempre. El caso es el mismo que en "¡Anda, no me llores!"; por supuesto, el "me" añade un matiz que relaciona al hablante con su destinatario.

"Casi siempre" del hablante, porque otro uso práctico de lo que hablamos es la usada oración: "se leyó el libro entero". En ese caso, se podía haber dicho "leyó el libro entero", pero el énfasis que otorga ese "se" denota un interés especial por "devorar" el libro.

domingo, junio 15, 2008

Más virtuosismo en el lipograma

Hace casi dos años, este rincón de la lengua castellana publicó una pequeña referencia acerca del grupo Mamá Ladilla y su virtuosa canción "En el vergel del Edén". Por aquel entonces ya decíamos que la habilidad, hasta que se demuestre el uso de una herramienta -informática o no- y el conocimiento demostrado a la hora de componer aquella canción, con sentido, con oraciones completas, con palabras del diccionario y, además de todo, con mensaje, eran sobresalientes.

Hoy me he encontrado con algo parecido del rapero Nach. Dividido en tres estrofas, este caballerete de Alicante hace auténticas virguerías. Como la comparación es inevitable, podemos ver que las frases y oraciones son más cortas que en el caso de Mamá Ladilla -estilo rap-, pero Nach lo ha intentado (y conseguido) con la "a" y con la "o" también. Hay más palabras inventadas que en nuestro caso primigenio de hace dos años y cuando el rapero aborda la "e" la fuente de "En el vergel del Edén" se ve muy clara. Además, el surrealismo campa a sus anchas probablemente más debido al corsé de la vocal en cuestión que al gusto rapero. Lo hemos dicho, es rap y los vocablos ingleses también se dan cita, en cambio, son incluidos con gracia (a mi juicio) y encajan a la perfección en el conjunto ("verme envejecer, ceder, ¡never! / men, métele el reverb").

El mensaje no deja de ser el texto autoreivindicativo y autobiográfico típico de este tipo de música, pero no deja de tener trasfondo más allá del ejemplo patético de "la vaca ata la atarazana a la granja". Así, insisto, si no ha sido usada ninguna herramienta que desconozco, la habilidad vuelve a ser digna de admirar. A continuación, la letra de "Efectos Vocales", del nuevo disco de Nach, "Un día en Suburbia". No sé si, como se dice en la canción "este hijo de puta es capaz de todo", pero de que ha demostrado cultura e inteligencia en esta pieza, estoy seguro. Perdón de antemano por los exabruptos (¿qué sería del rap sin ellos?).

Trabaja, plasma las palabras, hazlas balas,
atrapa ráfagas, sal, machaca cada sala,
ladra hasta rasgar la garganta,
saca las garras, las armas,
las gradas harán palmas,
la fama tarda, patán, jamás hallarás paz,
amargas caras largas arrastran la maldad,
andarás a rastras, pagarás caras las cagadas,
las carcajadas sabrán saladas,
tras, tantas trampas, tras, tanta jarana,
tantas falsas alabanzas, tras, tantas caladas,
tantas almas traspasadas para alcanzar la calma,
tantas pájaras, Nach manda fantasmas al Sáhara.
Charlas baratas taladran hasta dar arcadas,
parrafadas flacas acabarán mal paradas,
tan malas para masacrar, para ganar batallas,
apartadas, a patadas, atrapadas hasta dar la talla.
Canalla, vas a dar la campanada, para nada,
camaradas harán manada para achantar,
hasta cantarás baladas para agradar a las masas,
salta pacá, ya cansas, ya.

Yo no compongo con porros,
solo pongo ron o fonk,
propongo colocón como colofón,
formo monólogos, todos los bolos son hornos,
os toco con chorros sonoros, corosos como Concords,
lo corroboro, controlo todos los modos,
conozco todos los logros,
conozco todos los coros, mongolos.
No clono, no soborno, sólo lo gozo, lo rompo,
cmo Rocco os follo pronto,
corono robots con flow monótono,
crchos son como plomo,
yo floto por los tonos como corcho.
No dono, cloroformo,
formo los cosmos, los combos,
son gordos, los bombos son hondos, tochos.
Yo, monto gordos pollos con otros locos,
nosotros somos orcos, vosotros potros cojos,
foros con forofos flojos,
os jodo con condón, con don, compón como yo costoso.
No toco socorro, os soplo como polvo,
os borro, bobos, os froto dolor por tos los poros,
provoco ojos rojos por sollozos sordos,
¡Ohoh! todo con os, ¡lo bordo!

Ver gente decente perecer me estremece,
Le Pen es el germen,
el PP merece el trece.
Mequetrefes venden 3 CDs, ¿qué se creen?
Se creen jefes de este Edén,
¡Que les den! ¡Herejes!
Deben entender que defenderme es querer perder,
¿Pretenden vencerme en este set? Seré Federer,
empecé desde el retrete,
enterré el estrés,
en el presente el referente es el Everest, creedme,
el eje es tener fe.
Seres que deseen que enferme, desespérense,
pretenden que me estrelle, que frene este tren express,
temen ver que este LP es el best seller del mes,
¡Ves! Que en vez de entretener me pertenecen,
deben encender mentes dementes que ennegrecen,
¡Respétenme! Dejen de verter pestes,
seres terrestres ven que me elevé entre entes celestes,
verme envejecer, ceder, ¡never!
men, métele el reverb,
que recen emecés de Feber.
Me repelen peleles enclenques,
rehenes del tembleque decrecen en frente de este jeque.

domingo, junio 08, 2008

Gentilicios poco comunes

Seguro que se ha encontrado en alguna ocasión con la típica preguntilla: "¿Cómo se llaman los de tal sitio?". Muchas veces la respuesta humorística es añadir un rápido "-ano" o "-és" al nombre del lugar (o "topónimo"). Lo gracioso es que muchas veces acertamos sin saberlo... y es que construir gentilicios es más fácil de lo que creemos... ¿o no?

Tomemos como ejemplo los habitantes de la capital de La Rioja, Logroño. Es fácil saber que los de allí son logroñeses, pero ¿sabía usted que también se les puede llamar (porque lo son) lucronienses? Como veremos en muchos otros casos, la razón viene del nombre antiguo del lugar y, como veremos en varias ocasiones más, del nombre latino antiguo, del lugar: Lucronium.

Situación parecida ocurre con Galicia, donde sus habitantes son llamados principalmente gallegos, pero también podrían ser denominados galaicos o, incluso, galicianos. Es justo advertir que la RAE, en su DRAE, no incluye la habitual "U.t.c.s." ("úsase también como sustantivo") con lo que en principio, no tendríamos el beneplácito completo de la institución para usar estos y algunos siguientes adjetivos como gentilicios "puros"... no se preocupen, no es grave. Sin salir de Galicia, nos encontramos con La Coruña -de nombre romano Brigantium-, cuyos habitantes son coruñeses, pero también brigantinos y con Pontevedra donde podrá hablar con los sinceros pontevedreses, conocidos de otro modo por como lerenses (aquí sí la RAE otorga su "u.t.c.s." e incluso nos explica que tiene que ver con el río Lerez, el que forma la ría de Pontevedra en su desembocadura).

En los llanuras castellanas hallamos la llave de una de las ciudades españolas con más encanto, pero también con mayor número de gentilicios: Salamanca. Los de allí pueden ser llamados salmantinos, salmanticenses, salamanqueses, salamanquinos y hasta charros. El caso de Cuenca llama la atención, a veces tenemos tan en cuenta los adjetivos de derivación culta, que creemos los más sencillotes y primarios incorrectos, y no es así (a veces). Lo digo porque el de Cuenca es conquense, como saben muchos, pero también es cuencano, como saben menos. Es el mismo caso que los de Dinamarca, que son daneses, pero también dinamarqueses. Siguiendo en Castilla, los leoneses (de León) son también llamados legionenses, debido al origen etimológico de su ciudad, en la Legio VII Gemina. Más: los de Valladolid son vallisoletanos, pucelanos o pincianos; y es que Valladolid fue Vallisoletum, Pucela y la mansión romana Pintia se creyó, como aclara el DRAE, que estuvo emplazada en la tradicional localidad castellana.

Continuando el viaje hacia el sur, los de la calurosa en verano y fría en invierno Badajoz, son pacenses (del latín pacensis) y también badajocenses y badajoceños. Ya en plena Andalucía, los habitantes de Jaén son jiennenses, pero jaeneses y aurgitanos (del latino Aurgi, aurgitanus) también. Análogamente al caso de Cuenca y Dinamarca, está también el de Huelva, donde todos conocemos a los salados onubenses (de la antigua Onuba, hoy Huelva), pero menos a los no menos graciosos huelveños.

Saliendo al extranjero, pero no fuera del Imperio romano, al menos por hoy, el de Portugal es portugués y lusitano o luso (honrando al étimo topónimo de Lusitania) o portugalés. El de la capital de ese vecino, Lisboa, es lisboeta, lisbonense y lisbonés. El de turquía es turco, claro, pero los gentilicios de turquesco, turquí, turquino u otomano, se los debe a su turbulenta historia o a variaciones del más usado. Quiero y voy a terminar con el conjunto que más me llama la atención, el de Jerusalén, fruto, como el caso turco, de la historia y las variaciones de lo mismo: jerosolimitano, hierosolimitano, solimitano o jebuseo son los adjetivos a aplicar.